sábado, 6 de febrero de 2010

La realidad es que nunca llegarás a comprenderme.
No soy como el resto de vosotros, tan ansiosos, aspirais a todo pero luego desviais los ojos si os preguntan la verdad.
A mí los juegos de palabras y las pretensiones demasiado suspicaces no me van.
Yo puedo quedarme toda la tarde encerrada leyendo el mismo poema, memorizarlo y luego bien entradita la noche, llamarte y recitarte verso a verso cada estrofa de mi vida.
Porque mientras vosotros que disfrutais de la vida, noche estrellada, copa en mano.
Yo disfruto del perfume de tu piel y tus ojos acariciando mi alma.

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